Clepsidra comenta: EL SECRETO DEL HIJO
Por: Omar Sarrás Jadue
El secreto del hijo, de Massimo Recalcati, es un ensayo iluminador, que recurre a los hallazgos de Lacan, Freud y otros pensadores para hablar de relatos que sirven de clave para entender a los hijos y su relación con el padre (la ley) en la historia cultural humana.
EL SECRETO DEL HIJO | MASSIMO RECALCATI | ANAGRAMA | BARCELONA 2020 | TRADUCCIÓN DE CARLOS GUMPERT |
Las páginas iniciales de este libro hablan de los padres y los hijos en nuestro tiempo.
Recalcati hace notar que ahora se propone el diálogo en reemplazo de la autoridad paterna, y que su relación ha llegado a parecerse a la amistad. Sin embargo, ¿es posible que sea esto la relación filial? El autor cree que no, porque cada parte vive en un mundo que no es el mismo de la otra; por lo tanto, no les es posible dialogar.
El lector pensará que este es el asunto del ensayo y que las reflexiones sobre Edipo y el hijo pródigo son para discutir la situación presente, pero al final ve que el tema principal es otro: el de la tradicional oposición entre el mundo clásico y el bíblico, ahora en este ámbito particular.
A su conocimiento psicoanalítico, Recalcati une su condición de creyente católico para mostrar de una bella manera la novedad del mensaje cristiano. En la tragedia de Sófocles la ley se cumple de manera fatal; antes de que ocurran los hechos ya todo está decidido, y el crimen del parricidio y el incesto conllevan un castigo equivalentemente atroz: la ceguera por propia mano y un exilio perpetuo. Quien se separa así de su origen no pertenece a ningún lugar. La ley representada por el padre es inconmovible.
Al contrario de Layo, quien opta por el infanticidio cuando oye el oráculo, en la parábola del evangelio de Lucas, el padre no cuestiona a su hijo, lo deja hacer su voluntad, renuncia a ser la ley y castigarlo. Tampoco tiene ninguna intención de reprenderlo cuando regresa, sino que corre hasta él y lo recibe con lágrimas y besos. La interpretación de Recalcati y otros autores cristianos es que este padre sabe que el hijo es un misterio y, a pesar de su comportamiento injusto al exigirle la mitad de lo que tiene para dilapidarlo, confía en él. Esta confianza que suspende la ley, impensable en el determinismo griego, abre nuevas posibilidades a la vida, que es lo verdaderamente importante. No es la persona la que ha de servir al Sábado, sino el Sábado a la persona. La ley no deja que la vida recomience; no permite que el hijo tome su camino y que el padre vea en él sus propios límites y su caducidad.
El secreto del hijo es un ensayo iluminador, que recurre a los hallazgos de Lacan, Freud y otros pensadores para hablar de relatos que sirven de clave para entender a los hijos y su relación con el padre (la ley) en la historia cultural humana. Hay páginas muy interesantes que vuelven a tratar el sacrificio pedido a Abraham de su hijo Isaac y las dificultades que tiene Hamlet para actuar contra el asesino de su padre. Una buena síntesis de su tesis podría ser el capítulo de El profeta, escrito por Jalil Gibrán, que empieza recordando a su oyente: “Tus hijos no son tus hijos”.